Aquí estamos el equipo Abiertamente cerrando agosto, y comenzando un septiembre, motivador, especial, diferente, lleno de retos. Hacíamos la reflexión en relación a la importancia de septiembre, y dijimos, ¡al blog!

El sol de agosto comienza a ceder su lugar al aire fresco de septiembre, marcando un inevitable punto de inflexión en el tiempo. Con cada hoja que cae, nuestras vidas parecen emprender un nuevo capítulo. Es el regreso a la rutina, una danza anual entre la añoranza del verano y la bienvenida a la normalidad. Pero, ¿qué es realmente esta "normalidad"? ¿Un confortable abrazo o una monótona prisión? La vuelta a la rutina de septiembre nos invita a explorar el impacto emocional, psicológico y hasta físico de este ciclo aparentemente ineludible.
La Cara A de septiembre:
El regreso a la rutina trae consigo una sensación de estructura, de reencontrarnos con hábitos que nos proporcionan estabilidad. El caos despreocupado del verano cede ante la disciplina. Pero, ¿es esta estructura realmente liberadora o nos convierte en esclavxs de la rutina? ¿Son nuestras vidas más significativas cuando seguimos un guion preestablecido?
Septiembre también nos desafía a reflexionar sobre nuestros objetivos. Es un momento para establecer nuevas metas y plantar las semillas del crecimiento personal. Sin embargo, ¿nos hemos detenido alguna vez a cuestionar si estas metas son auténticas o simplemente reflejos de lo que la sociedad espera de nosotrxs?
La Cara B de septiembre:
La vuelta a la rutina puede sentirse como una abrupta interrupción de nuestra libertad. Las mañanas se vuelven frenéticas, las agendas abarrotadas y el tiempo para la exploración se reduce drásticamente. ¿Es posible encontrar libertad en medio de la estructura? ¿O hemos subestimado la capacidad de nuestras propias rutinas para nutrir nuestra creatividad?
El cambio de ritmo también puede desencadenar emociones complejas. La nostalgia del verano y la incertidumbre del futuro pueden colisionar, dejándonos con una sensación de desasosiego. ¿Cómo podemos abrazar el cambio sin perder nuestra conexión con el presente? ¿Podemos aprender a encontrar belleza en cada temporada de nuestras vidas?
La Necesidad del Ciclo:
Así como las estaciones cambian con regularidad, también lo hacen nuestras vidas. La vuelta a la rutina de septiembre nos recuerda que el cambio es una constante inevitable. Sin embargo, no podemos negar la necesidad de la rutina tanto como necesitamos el flujo del cambio. ¿Cómo podemos encontrar el equilibrio entre la comodidad de lo familiar y el valor de lo desconocido?
Te proponemos:
Esta vez, en lugar de simplemente leer y continuar, te invitamos a llevar a cabo una tarea. Tómate un momento para reflexionar sobre tu propia "vuelta a la rutina de septiembre". ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Qué aspectos te resultan más desafiantes y cuáles encuentras reconfortantes? ¿Qué metas deseas establecer para este nuevo ciclo y cómo puedes asegurarte de que sean verdaderamente significativas para ti?
En última instancia, la dualidad de la vuelta a la rutina de septiembre nos obliga a contemplar la riqueza que reside en cada faceta de nuestras vidas. Quizás la verdadera magia radica en reconocer que cada cara tiene su propósito y su valor, y que son nuestras elecciones las que determinan cómo navegamos este intrincado y hermoso ciclo.
¡Bienvenido septiembre! ¡Arrancamos!
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